Según el Consejo Nacional de Seguridad, una persona muere en un accidente automovilístico cada 15 minutos y muchas más se lesionan cada día. Los accidentes automovilísticos siguen siendo una de las principales causas de muerte en nuestro país año tras año y, sin embargo, reducir nuestro riesgo en la carretera no es algo en lo que la mayoría de nosotros pensamos una vez que aprobamos el examen y nos unimos a las filas de los conductores de todos los días. A continuación, presentamos algunos conceptos básicos que debes revisar para asegurarte de que estás haciendo tu parte para ser un conductor responsable y para protegerte a vos mismo y a tu comunidad.
Consejos para una conducción segura.
Usá tu cinturón de seguridad: puede ser tentador saltarse el cinturón de seguridad cuando estás corriendo por la calle en busca de huevos, pero no lo hagas. Si tenés un accidente, usar el cinturón de seguridad reduce drásticamente la posibilidad de muerte o lesiones, en aproximadamente un 50 por ciento. Por lo tanto, utilizá siempre el cinturón de seguridad, especialmente si conducís por una ruta conocida; lo que puede hacer que prestes menos atención.
Obedecé los límites de velocidad: el exceso de velocidad aumenta las probabilidades de sufrir un accidente y puede aumentar el riesgo de sufrir lesiones graves. El exceso de velocidad incluye conducir por encima del límite de velocidad y conducir demasiado rápido en condiciones de mayor riesgo, como mal tiempo, niebla, carreteras con hielo o áreas de construcción.
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Mantenete alejado: mantener una distancia saludable de los automóviles que te rodean puede salvarte la vida si algo sucede y necesitas detenerte o reaccionar rápidamente. También es una buena idea mantenerte alejado de los conductores que se comportan de manera errática o conducen de manera agresiva.
Pasá responsablemente: Todos conocemos la experiencia extremadamente frustrante de estar atrapado detrás de un conductor lento. Pero no permitas que esa frustración te lleve a tomar la decisión de pasar cuando las condiciones no son realmente seguras. En su lugar, intentá relajarte, retroceder, disfrutar de la vista y llegar con vida.
Conducí sobrio: según los CDC, alrededor del 28 por ciento de todas las muertes relacionadas con el tráfico involucran a un conductor ebrio. Y, sin embargo, cada año millones de personas informan que se ponen al volante en estado de ebriedad. El consumo de alcohol, así como los medicamentos recetados y la marihuana pueden ocasionar problemas para conducir. Si no estás sobrio, pedile a otra persona que conduzca.
Mantenete despierto: Conducir cansado puede ser fatal y tan peligroso como conducir en estado de ebriedad. Puede ser tentador simplemente tomar una taza de café y seguir al volante, pero si estás demasiado cansado para conducir, es mejor detenerse y descansar, o cambiar de conductor.
Verificá la configuración: antes de salir a la carretera, siempre debes verificar los espejos, asegurarte de que los parabrisas delantero y trasero estén despejados, ajustar tu asiento y, en general, asegurarte de que puedas ver y acceder a todo lo que necesitas para operar tu vehículo de manera segura.
Mantenete visible: especialmente cuando conduzcas en la autopista, evitá los puntos ciegos de otros vehículos y no merodees en el carril para adelantar. Recordá: si no podés ver sus espejos, entonces ellos no pueden verte a vos.
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