Cuando se acerca la hora en que debas realizar el mantenimiento de tu auto, uno de los aspectos más importantes que no hay que dejar de tener en cuenta es el control de los fluidos. Aceite, líquido de frenos y refrigerante: ¿Cómo hay que hacerlo y cada cuánto hay que chequearlos? A continuación te vamos a compartir una guía simple de todo lo que tenés que tener en cuenta.
El control del aceite
Probablemente el aceite sea el fluido que mejor conozcas o revises con mayor frecuencia. De forma ideal, es conveniente controlarlo todos los meses, ya que es un fluido que se deteriora bastante con el paso del tiempo y los kilómetros recorridos, pero a su vez va a depender de cuánto uses tu auto.
¿Por qué resulta tan importante su control?
El aceite es muy importante para el correcto mantenimiento del motor. Si lo hacés de manera adecuada, el motor va a funcionar mejor y por lo tanto tener más vida útil.
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¿Cómo podés hacer para realizar el chequeo?
Abrí el capó, buscá la varilla y tirá. Podes realizar la limpieza utilizando un trapo o papel, reintroducirla y empuja. Después, cuando la saques nuevamente, vas a poder chequear el nivel de aceite con las líneas de la varilla. El nivel ideal está entre esas dos líneas. Si está por debajo, te falta aceite; y si hay demasiado, es momento de hacer un cambio. En ambos casos, te conviene pasar por tu taller de confianza.
Es fundamental la tonalidad que tenga el aceite: si se ve dorado, está perfecto. Por el contrario, si su color es marrón, tenés que ir pensando en realizar un cambio. Y si está muy oscuro o tiene olor a quemado, el cambio es urgente.
También se recomienda que aproveches para cambiar el filtro cada vez que cambies el aceite.
Control del líquido refrigerante
El líquido refrigerante se mueve por el interior del motor del auto y absorbe parte del calor que genera la combustión, evitando que se sobrecaliente. Ya que está compuesto por agua y una serie de aditivos con propiedades anticongelantes, va a evitar que el auto se congele, además es antioxidante y anticorrosivo. Se recomienda que lo controles una vez al mes para mantener el equilibrio térmico del motor.
¿Cómo hacer para revisarlo?
Para controlarlo, el auto tiene que estar estacionado y el motor tiene que estar frío. Lo primero que tenés que hacer es abrir el capó y buscar el depósito del líquido refrigerante, que por lo general suele ser de plástico, y tiene un tapón negro y otro azul. En caso de que no lo encuentres, siempre podés acudir al manual de tu auto.
Este depósito tiene una marca de mínima y otra de máxima. Chequeá los niveles y, si hace falta, rellénalo hasta que el líquido esté entre las dos marcas.
Otro tip importante es que no mezcles dos clases de líquidos refrigerantes diferentes, y si podés usá el que recomiende el fabricante de tu auto. Pero también podés utilizar agua destilada para recargarlo.
Control de líquido de frenos
Resulta muy importante el líquido de frenos ya que permite tener un control de la velocidad del auto y que éste pueda frenar por completo en caso de emergencia. Por eso es fundamental controlar los niveles. Depende del modelo de tu auto y cuánto lo uses, pero se recomienda cambiarlo cada 40.000 km o cada dos años, aproximadamente.
Si contás con el manual del fabricante, vas a poder consultarlo para ver cada cuánto te recomiendan cambiarlo.
¿Cómo revisarlo?
Con el motor frío, buscá el depósito. Se encuentra en la parte de atrás del motor, del lado del conductor. Te vas a dar cuenta de que tiene un tapón de color negro, y una línea de nivel máximo y otra de nivel bajo. En caso de que se encuentre muy bajo, te conviene ir a tu taller de confianza para chequear que las pastillas de freno no estén desgastadas.
Otra cuestión a tener en cuenta es que conviene revisarlo a fondo si vas a realizar un viaje largo en ruta.
Ya contás con todos los tips básicos para controlar los fluidos de tu vehículo y saber cuándo cambiarlos o visitar a tu mecánico amigo.
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