Cómo reaccionar cuando se revienta una cubierta, la dirección del vehículo no responde o nos encontramos ante situaciones climáticas extremas. Además, cómo desenvolverse en el caso de un adelantamiento fallido.
Saber manejar no sólo se trata de saber hacer los cambios y conocer las señales de tránsito. Aunque eso es imprescindible, conducir con seguridad se trata también de saber responder ante los imprevistos que la calle o la ruta nos pone enfrente. Pero ¿Cuáles son esos escenarios de riesgo más frecuentes? ¿Cómo responder a ellos?
En diálogo con Segurarse.com, Juan Coradini, instructor de manejo y director de tuescuela.com, y Julio Giraudo, consultor de Seguridad Vial, profundizan sobre los imprevistos más comunes que se pueden sufrir al volante y las maniobras que permiten evitar un siniestro fatal.
1) Se pincha una cubierta en movimiento
En el caso de las cubiertas, no solo es importante corroborar que estén en buenas condiciones sino también chequear que el aire con el que estén infladas sea acorde a la temperatura ambiente y a las cualidades del suelo o pavimento. Coradini señala que, si se “pincha” o revienta una cubierta, “el auto se desplaza inevitablemente hacia el lado donde está esa rotura de las partes que la adhieren al suelo”.
En estos casos, explica que evitando maniobrar la dirección (o el volante) de forma intempestiva o brusca y pisando lentamente el freno, se debe llevar el auto en línea oblicua (diagonal) hacia la banquina más próxima (lado derecho). De esta forma -agrega-, “se puede reducir hasta en un 80% la probabilidad de un choque con un vehículo de frente, o de volcar”.
Si la cubierta que se rompe es la del lado izquierdo, completa Coradini, el movimiento de desplazar el coche hacia la derecha se hará “muy difícil”. Ante esta situación, dice que lo más conveniente es “frenar en línea oblicua lo más pronto posible hacia el lado izquierdo”. De todas formas, remarca que, si alguien viniera de frente, “es en un 90% inevitable el choque”. La decisión rápida de qué hacer podría llegar a disminuir esa probabilidad.
2) La dirección del auto no responde
Según Coradini, hay diferentes signos que pueden indicar al conductor que la dirección del vehículo está desgastada. Por ejemplo, cuando al acelerar o frenar partes del tren delantero no responden en el instante en el que se lo acciona, cuando se escuchan ruidos al girar el volante o la suspensión da la sensación de que “golpea fuerte” o se “hamaca”.
Al igual que cuando una cubierta se revienta, el especialista en manejo afirma que “no hay que pisar el freno de forma brusca ni hacer movimientos repentinos con el volante”. Para esta situación, aconseja ir encendiendo las luces balizas e ir lentamente hacia la banquina más próxima (lado derecho). “Si el volante no respondiese, debemos ayudar el frenado realizando rebajes de marcha, hasta frenar a cero la velocidad”, agrega.
3) Un auto nos viene de frente
Existe la posibilidad de encontrarse con una maniobra que nos realicen de frente, en donde la distancia para volver al carril del conductor que viene del otro lado y quiso adelantarse en la ruta, parezca no alcanzarle.
“En este caso no debemos asustarnos. No debe invadirnos el pánico”, dice Coradini. Explica que lo primero que se debe hacer es “reducir la velocidad pisando el freno paulatinamente, intentando no molestar a quien venga detrás, con el fin de aumentar el tiempo del otro vehículo para regresar a su carril”. Agrega que se puede acompañar esta maniobra con intermitentes destellos de luces altas –para comunicarnos con el otro conductor-, y utilizar las balizas, ya que ayudarían a quien venga detrás a prepararse para una disminución de nuestra velocidad.
“Existe la posibilidad de que ésto no alcance. Debemos observar si en el carril contrario vienen más autos. Si es así, debemos tirarnos a la banquina, de forma oblicua, sin movimientos bruscos, y así se evitaría en un 35% la posibilidad de un choque”, finaliza.
4) Un adelantamiento fallido
La ley supone que el conductor no debe realizar un adelantamiento en la ruta si no está libre la calzada del sentido contrario. Sin embargo, en la práctica esto no ocurre. Para estos casos, Giraudo, consultor de Seguridad Vial, plantea que el conductor que inició la maniobra debe “girar el volante hacia el lado derecho” y que el vehículo que está siendo adelantado “se coloque lo más que pueda sobre la línea del lado de la banquina”. En una situación así, quien inició el adelantamiento debe intentar acercarse al máximo al coche que estaba por pasar. Por su parte, explica que el conductor que viene de frente debe ir reduciendo la velocidad y utilizar su banquina para achicar las probabilidades de un accidente.
“Lo que no debería hacer un conductor que esté adelantando es usar la banquina contraria, que a veces se hace. Esa banquina no es suya, es la banquina de emergencia del otro, del que viene en circulación contrario. Su banquina de emergencia, en ese caso, la estaría tapando el vehículo que está adelantando”, profundiza.
5) Condiciones climáticas adversas
Giraudo indica que, al momento de planificar un viaje en auto se debe observar previamente el clima en trechos de 200/250 kilómetros. No obstante, aclara que hay posibilidades de que el clima cambie y no sea el esperado. Ante situaciones de vientos fuertes, sobre todo laterales, dice que es importante “mantener la distancia con el resto de los vehículos”, sobre todo los que vienen en sentido opuesto, “intentando ir lo más cerca de la banquina posible” para no entrar en ese “cono de aire” que se genera cuando otro vehículo pase a gran velocidad en dirección contraria.
“Si el viento se incrementa y cuesta mantener el control del vehículo, la obligación es detenerse. La ley dice que cuando yo no puedo mantener el control total del vehículo, por el motivo que fuera, tengo que detenerme. Y debería hacerlo en una estación de servicio o una salida que me lo permita”, expone.
En el caso de lluvias intensas, será clave la “visibilidad” para saber qué medida tomar. Giraudo dice que cuando el limpiaparabrisas, en su mayor velocidad, no alcanza a sacar el agua, “debemos empezar a reducir la velocidad”. Y agrega que si esa situación persiste “aún conduciendo a una velocidad de 40 kilómetros por hora, será tiempo de detenerse”.
Otros puntos a tener en cuenta que aconseja el especialista en Seguridad Vial son cuando la velocidad del limpiaparabrisas no permite una buena visual por la cantidad de agua que corre, y cuando ya no se pueden identificar las líneas en la calzada. “Si se viaja solo en la carretera lo mejor es ponerse en el medio”, dice, aunque añade que para ese punto “hay que detenerse, porque la conducción deja de ser segura”.
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