Es un tema conocido ya para los interesados en los automóviles. Principalmente cuando estamos a punto de dar el paso tan esperado de adquirir un auto. Si sos de los que hasta hoy no se toparon con la verdadera necesidad de realizar una lista de pros y contras, porque de esta elección dependerá la manera de movilizarte de aquí en adelante, esta nota es para vos.
Entonces, comencemos. Puede parecer una decisión superflua, pero elegir entre uno o el otro determina el precio del auto, de cuánto vas a gastar a medida en que lo usás, qué contamina más el ambiente en el que te movés, entre otros. Vamos a comparar principalmente los aspectos económicos y funcionales de estas dos formas de darle fuerza a tu auto.
Comparaciones entre el motor naftero y el gasolero
Desde lo que se refiere a la composición del producto, ambos vienen del refinamiento del petróleo. Sin embargo, la diferencia principal entre ambos es haber sido derivadas a distintas temperaturas. Ninguno de los dos son formas “limpias” de energía. Antiguamente existía una gran diferencia en cuanto a los desechos tóxicos que emitían las distintas naftas. Los motores gasoleros de nuestra época tienen catalizadores y filtros que consiguen disminuir considerablemente las emisiones nocivas para el ambiente por los residuos de la combustión. Por su parte, en estos días los nafteros evolucionaron, y ya consiguieron acercarse bastante en el sentido de emisión de gases. La diferencia en el sentido de contaminación del ambiente es casi nula hoy en día. Por eso podemos decir que sobre este tema, los que causan un desnivel en la balanza de emisión de gases tóxicos son los autos más antiguos, ya que sus motores, sin importar el tipo del que sean, no poseen los filtros necesarios, entonces terminan por contaminar más el ambiente.
Realmente las diferencias entre estos dos motores se fueron acortando con los años. Los avances de la tecnología lograron equiparar el rendimiento de ambos. Antes se solía relacionar a los autos grandes con los motores diesel (o gasoleros) con los vehículos de grandes proporciones, ya que este motor es mucho más pesado y de mayor tamaño debido a que las partes mecánicas que lo conforman son mucho más grandes para poder lograr una relación de compresión mayor que en los vehículos que funcionan con un motor naftero y necesitaban más esfuerzo para moverse. Solía estar reservado para los vehículos de carga y transporte público, por ser motores que generan mayor fuerza. Aunque esto ya no es así, es cierto que todavía el motor a gasoil no llega a tener la misma capacidad de reacción que un auto naftero.
Entonces ya casi no podemos decir que hay un tipo de auto específico para un tipo de conductor. Las diferencias hoy en día son tan cortas que es difícil dar un consejo certero. “Depende de muchos factores», dice Peter Sobotta, del centro técnico del club del automóvil ADAC, quien a raíz de una investigación que ha realizado concluyó: «La vieja norma de que un diesel vale la pena tras recorrer 15.000 kilómetros al año ya no es válida», opina. «Hay que mezclar de nuevo las cartas, ya que no sólo los diesel, sino que también los motores de gasolina han mejorado, por ejemplo a través de la inyección directa, la desconexión de cilindros o los sistemas start/stop».
En cuanto a lo económico, los vehículos diesel son más costosos. Sin embargo, el motor gasolero tiene una autonomía mucho más larga que el motor naftero. Por lo que resulta al final más barato para aquellos que recorran largas distancias. La única variación que hace que la utilización de autos con motores nafteros sea más económica es si se le agrega un tanque de GNC, lo que conlleva una inversión inicial, pero el costo del Gas Natural Comprimido (GNC) es mucho menor a la nafta o al diesel.
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