Calentar tu casa durante un frío invierno puede costar, y también puede tener un gran impacto en nuestro medio ambiente. Ahorrá energía y el dinero que tanto te costó ganar al tener en cuenta estos sencillos consejos esta temporada:
- Impermeabilizá tus ventanas. Esto puede ser una vieja noticia si ya has preparado tu casa para el invierno, pero vale la pena recordarlo: inspeccioná tus ventanas cada año y repará las grietas o agujeros con masilla nueva. Para una mayor protección contra el aire frío, considerá sellar tus ventanas con una capa delgada de plástico y cinta adhesiva impermeable. Incluso una o dos ventanas descuidadas podrían hacer que tu estufa trabaje más de lo necesario, y es posible que te sorprendas de cuánto podrías ahorrar eliminando el frío extra que se filtra.
- Reemplazá los burletes cansados. Si ha pasado un tiempo desde que revisaste el burlete en las puertas exteriores, tomate un tiempo para inspeccionarlo a fondo y asegúrese de que no haya espacios que puedan dejar entrar una corriente de aire. Si no podés ver ningún espacio, pero deseas verificar si una sección particular del burlete todavía está haciendo su trabajo, colocá un pedazo de papel sobre él y cerrá la puerta. Luego, comenzá a sacar el papel lentamente. Si se necesita poco o ningún esfuerzo para sacar el papel, significa que probablemente el sello no esté lo suficientemente apretado y deberías considerar reemplazarlo.
- Plantá algo de vegetación protectora. Si tu casa tiene muchas ventanas, considerá plantar algunos árboles o arbustos de hoja perenne cerca para protegerlos del viento. Los árboles no solo podrían evitar que el viento entre a través de las grietas existentes y evitar que el aire caliente sea arrastrado por las paredes exteriores de tu casa, sino que incluso podrían evitar que el viento dañe las ventanas.
- No pospongas las cosas, ¡aísla! El calor puede escapar fácilmente a través de paredes y techos mal aislados, tanto que tu ático por sí solo podría enviar tu consumo de energía (y tu factura de calefacción) por las nubes, literalmente. Si encontrás que el aislamiento en tu ático está debajo o al nivel de las vigas del piso (las vigas de madera que corren horizontalmente a través del piso), pensá en agregar un poco de aislamiento ecológico, lo suficiente como para que las vigas estén completamente cubiertas. Buscá aislamientos hechos de fibras naturales o recicladas como lana de oveja, algodón, mezclilla triturada, celulosa o corcho. Cuando agregues aislamiento, asegurate de no cubrir ninguno de los plafones o ventilaciones en tu ático, ya que son necesarios para una ventilación adecuada.
- Dejá que entre la luz del sol (pero mantené el viento fuera). Incluso en los meses más fríos, la luz solar natural puede aportar mucho calor a tu hogar. Una vez que tus ventanas estén debidamente selladas y protegidas de los elementos, abrí las cortinas y dejá que entre la luz del sol durante el día. Por la noche, mantené las cortinas y persianas bien cerradas para una mayor protección contra los fuertes vientos invernales.
- Dale mantenimiento a tu estufa. Mantener tu calefactor debidamente mantenido ayudará a que funcione de la manera más eficiente posible. Cambiá el filtro aproximadamente cada tres meses (o con más frecuencia cuando parezca que está funcionando las 24 horas del día, los 7 días de la semana) y hacé que un profesional inspeccione tu calefactor con la frecuencia recomendada en el manual del propietario.
- Invertí tus ventiladores de techo. El calor aumenta, entonces, ¿por qué no usar eso a tu favor? La mayoría de los ventiladores de techo tienen una configuración inversa que se puede utilizar cuando el calefactor está funcionando. Al invertir la dirección de las aspas del ventilador para que giren en el sentido de las agujas del reloj, reducirá el calor que haya subido al techo y evitará que se disipe a través del techo o las paredes.
- Ponete tu ropa en capas. Bajar el termostato algunos grados podría ser la forma más fácil de ahorrar energía y reducir tus facturas de electricidad. Entonces, si estás acostumbrado a caminar por la casa con una camiseta y los pies descalzos, considerá ponerte tu suéter favorito y un par de calcetines o pantuflas abrigados. Mantener los pies calientes es especialmente importante, ya que podés ayudar a regular la temperatura corporal y mantenerlo cómodo durante toda la temporada, incluso cuando baja el termostato.
- Programá tu termostato. No solo es innecesario mantener la calefacción al máximo cuando no hay nadie en casa (o cuando todos duermen), sino que también es un desperdicio de energía. Afortunadamente, la mayoría de los termostatos modernos pueden programarse para calentarse antes de que te despiertes, bajar un poco durante el día, calentarse justo antes de llegar a casa y bajar de nuevo mientras duermes. (Pero no bajes demasiado la temperatura, o hará que la estufa trabaje más cuando la vuelvas a encender, lo que simplemente consumirá más energía.
- Considerá instalar un termostato inteligente. ¿Sabías que hay aplicaciones que podés usar para cambiar la temperatura de tu casa cuando estás en movimiento? Si sentís que tu termostato está atascado en la Edad Media, considerá instalar un termostato inteligente que puedas controlar desde tu teléfono, usando una aplicación. Si bien invertir en un termostato nuevo no viene sin una etiqueta de precio, podría brindarlt más control sobre la temperatura de tu hogar y ayudarte a ahorrar a largo plazo.
No te dejes tomar por sorpresa cuando el invierno llegue a su punto máximo. Tomate un poco de tiempo para planificar esos días de frío y evitá un impacto desagradable cuando recibas tu primera factura de calefacción de la temporada.
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