Elementos de Protección Personal (EPP): qué responsabilidades legales tiene el empleador

Los Elementos de Protección Personal (EPP) reducen los riesgos que pueden provocar accidentes laborales.
El trabajo en fábricas, talleres, obras en construcción y hospitales, entre otros, se realiza en espacios con exposición a riesgos que pueden provocar accidentes laborales. Por esta razón, no puede desarrollarse sin las medidas de seguridad adecuadas. En este sentido, los Elementos de Protección Personal (EPP) constituyen la última barrera entre los empleados y el peligro.
¿Qué son los Elementos de Protección Personal (EPP)?
Los Elementos de Protección Personal (EPP) son dispositivos, accesorios o prendas diseñadas para proteger al trabajador de uno o varios riesgos que puedan amenazar su salud o seguridad durante la actividad laboral. Su función es reducir la exposición a condiciones peligrosas que no puedan ser eliminadas mediante otras medidas preventivas.
Estas herramientas no reemplazan las medidas de seguridad colectivas, como las barandas, sistemas de ventilación o resguardo de maquinarias. Por el contrario, se complementan y son fundamentales para prevenir accidentes.
¿Son obligatorios los Elementos de Protección Personal (EPP)?
La provisión de los Elementos de Protección Personal (EPP) es obligatoria en Argentina, según la Ley de Higiene y Seguridad en el Trabajo (Ley 19.587). El Decreto N° 351/79 estipula que todo empleador debe adoptar y poner en práctica las medidas adecuadas de higiene y seguridad para proteger la vida y la integridad de los trabajadores.
Esta normativa, orientada sobre todo al suministro y mantenimiento de los equipos, busca que ningún trabajador quede expuesto a un riesgo por no contar con la protección necesaria. Se aplica a tareas en obras en construcción y a actividades industriales, agrícolas, sanitarias o de servicios.
¿Cuáles son los Elementos de Protección Personal (EPP)?
Los Elementos de Protección Personal (EPP) son muy diversos. Dado que cada sector productivo requiere equipos específicos, existen categorías que responden a distintas partes del cuerpo y riesgos. Según la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), estas son:
- Protección de la cabeza: los trabajadores deben usar cascos cuando estén expuestos a la caída de objetos, sus cabezas tengan contacto con la electricidad o cuando la política de seguridad del lugar o trabajo lo indique. Son de diferentes clases y su arnés debe ajustarse para que su calce sea cómodo y firme.
- Protección de los ojos y la cara: se utilizan al estar expuesto a la proyección de partículas sólidas y/o líquidos, radiaciones nocivas o atmósferas contaminadas. Los anteojos de seguridad, las antiparras, los protectores faciales son algunos ejemplos.
- Protección de los pies: son zapatos, botines o botas de seguridad. Se deben usar al estar expuestos a la caída de elementos pesados y objetos punzantes, pinchaduras, conexiones eléctricas o productos químicos o hidrocarburos. Pueden ser zapatos, botines o botas de seguridad.
- Protección de las manos: se emplean para evitar lesiones debido a riesgos mecánicos, químicos o térmicos, derivados de radiaciones, contaminación o incomodidad y molestias. Los guantes, manoplas, dedil y mitón son parte de esta categoría.
- Protección de las vías respiratorias: son equipos diseñados para situaciones en las que la concentración de los contaminantes aerotransportados supere los valores estipulados en la legislación vigente. Algunos ejemplos son los respiradores para partículas, barbijos, máscaras completas o semimáscaras.
- Indumentaria de protección: su diseño debe asegurar que ninguna parte del cuerpo quede expuesta a riesgos como calor y llamas, frío extremo, cortes por impacto, contaminación de partículas radioactivas, riesgos químicos, biológicos o materiales infecciosos. Tiene que ser confortable y no interferir en los movimientos.
- Otros elementos: los arneses, cinturones de seguridad, amarres y dispositivos anticaídas tienen la función de evitar el riesgo de caídas en todo trabajo en altura. Si experimentan una caída, deben ser sustituidos.
Todos los Elementos de Protección Personal (EPP) que se entreguen a los trabajadores tienen que estar certificados según la Resolución 896/99.
¿Qué responsabilidades tiene el empleador?
En primer lugar, el empleador debe identificar los riesgos en cada tarea para determinar los Elementos de Protección Personal (EPP) necesarios. Tras esto, entre sus responsabilidades se encuentran:
- Entregar los EPP de forma gratuita y en tiempo oportuno.
- Garantizar que los EPP cumplan con normas técnicas y certificaciones oficiales.
- Sustituir aquellos EPP que estén rotos, desgastados o hayan perdido eficacia.
Por otro lado, el empleador debe supervisar el uso efectivo de los EPP en el ámbito laboral. Esto implica realizar controles diarios o periódicos para verificar que sean utilizados de forma correcta y estén en condiciones óptimas. No hacerlo puede generar responsabilidades legales en caso de accidente.
¿Cuáles son las obligaciones formales de registro?
Además de asignar los Elementos de Protección Personal (EPP), la normativa argentina exige que exista un registro de la entrega. Para ello, la Resolución SRT 299/2011 creó la “Constancia de Entrega de Ropa de Trabajo y Elementos de Protección Personal”. En este documento debe figurar qué herramienta se entregó, a quién, en qué fecha y con qué características técnicas. Además, debe estar firmada por el empleador y el trabajador.
La importancia de este registro radica en que protege al trabajador, ya que recibe equipos adecuados y en buen estado, y resguarda a la empresa frente a eventuales reclamos o auditorías. Sin este respaldo formal puede ser considerada un incumplimiento grave, a pesar de que los Elementos de Protección Personal (EPP) hayan sido entregados.
¿Cómo debe ser la capacitación sobre los Elementos de Protección Personal (EPP)?
La entrega de los Elementos de Protección Personal (EPP) no garantiza mayor seguridad por sí sola. Por este motivo, se deben llevar a cabo capacitaciones periódicas para instruir a los trabajadores en su uso, cuidado y limitaciones.
En estas instancias se debe explicar cómo colocarlos de forma correcta, en qué situaciones usarlos, cómo conservarlos en buen estado y qué riesgos no quedan cubiertos con ellos. También es necesario realizar prácticas y evaluaciones, y las capacitaciones deben documentarse para asegurar que la prevención sea efectiva.
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