Desde la compra de un techo nuevo hasta el inicio de un negocio en el hogar, existen ciertos cambios que debes compartir con tu compañía de seguros para asegurarte de que tiene la cobertura adecuada y estás pagando el precio correcto. También es importante tener en cuenta que debido a que muchos de estos cambios afectan tu nivel de riesgo de diferentes maneras, no compartirlos con tu aseguradora podría dar lugar a un reclamo denegado o incluso a una póliza cancelada en el futuro, por lo que siempre es mejor buscar una divulgación completa. Si planeas realizar alguno de estos cambios en tu hogar (o incluso si ya hiciste un cambio pero aún no lo informaste), comunícate con tu compañía de seguros de hogar o tu aseguradora y avisales.

• Conseguir un techo nuevo. El daño en tu techo puede provocar goteras, moho peligroso e incluso daños estructurales en otras áreas de tu hogar, por lo que es importante inspeccionar regularmente tu techo y reemplazarlo cuando sea necesario. Reemplazar tu techo podría reducir tu riesgo de experimentar ciertos tipos de reclamos de seguros del hogar, por lo que también podría conducir a una reducción en tu prima.

• Planificación de una renovación importante. Si bien hay muchos tipos de renovaciones que normalmente no afectarán tu seguro de hogar (como pintar paredes o cambiar alfombras), otras podrían afectar tu prima o comprometer tu cobertura (como cambios estructurales, por ejemplo). Además, si planeas mudarte mientras se renueva tu casa, es posible que haya cambios especiales en la cobertura que debes conocer con anticipación. Comunícate con tu compañía antes de comenzar. 

• Alquilar tu vivienda o parte de ella. Ya sea que contrates a un inquilino permanente o destines parte o la totalidad de tu casa como alquiler a corto plazo, deberás asegurarte de que tu aseguradora lo sepa. Dependiendo de la situación, es posible que debas modificar tu póliza de seguro de hogar existente o comprar una póliza de seguro de propietario dedicada para asegurarte de estar completamente protegido.

• Tomar unas vacaciones prolongadas. Si vas a estar ausente por más de un par de semanas, es probable que tu compañía de seguros tenga reglas específicas que describan las medidas que deberás tomar cuando te hayas ido (como la frecuencia con la que necesitarás que alguien venga para inspeccionar tu casa, por ejemplo). Revisa tu póliza para averiguar qué se requiere, informa a tu asesor o aseguradora cuánto tiempo estarás ausente y toma estos pasos adicionales para proteger tu hogar mientras estás de vacaciones.

• Construir una piscina o jacuzzi. Agregar una piscina o jacuzzi a tu jardín aumenta el riesgo de que alguien se lesione mientras se encuentre en tu propiedad. Tu compañía de seguros puede solicitarte que agregues un punto específico a tu póliza que indique que estarás cubierto por incidentes relacionados con la piscina. Incluso si tu aseguradora no requiere este tipo de respaldo, es una buena idea asegurarte de que el límite de cobertura de responsabilidad civil de terceros sea lo suficientemente alto como para protegerte en caso de un incidente. 

• Hacer una gran compra o recibir un regalo valioso. La mayoría de las pólizas de seguro del hogar enumeran límites o exclusiones especiales para artículos caros como joyas, bicicletas, artículos de piel, obras de arte y objetos de colección. Si compras o recibís un artículo que excede el límite relevante en tu póliza o un artículo que está excluido de tu póliza, comunícate con tu asesor para averiguar cómo podes obtener la cobertura que necesitas.

• Instalación de un nuevo sistema de calefacción. Actualizar o cambiar el sistema de calefacción de tu hogar podría afectar tu seguro, por lo que es importante que consultes a tu aseguradora de antemano. Ciertos tipos de sistemas de calefacción (como estufas de leña y estufas de pellets, por ejemplo) pueden tener un mayor riesgo de incendio u otros problemas, lo que podría afectar el costo de tu seguro o incluso su elegibilidad para la cobertura. Otros sistemas de calefacción podrían reducir tu riesgo y provocar una reducción en tu prima. 

• Pagando tu hipoteca. Cuando tenés una hipoteca, normalmente se te solicita que agregues a tu prestamista hipotecario como beneficiario de pérdidas en tu póliza de seguro de vivienda. Si ya no tenés una hipoteca sobre tu propiedad, tu aseguradora debe eliminar a tu antiguo prestamista hipotecario de tu póliza. Al no tener hipoteca, también podes calificar para un descuento en el seguro de tu hogar.

• Casarse o tener una pareja que se mude. No solo es probable que tengas muchas más cosas que asegurar después de que otra persona se mude, sino que tu aseguradora también puede solicitarle que nombres a tu pareja o cónyuge en la póliza de seguro de tu hogar. Dependiendo de tu aseguradora, hay algunos otros factores que podrían entrar en juego si no estás casado con tu pareja cuando se muden (como la cantidad de tiempo que han estado juntos y si están pagando alquiler o no), por lo que es mejor ponerse en contacto con tu asesor para asegurarte de que ambos estén protegidos.

• Iniciar un negocio desde casa. Ya sea que estés planeando comenzar un negocio de contabilidad en el hogar o vender guantes hechos con suéteres reciclados, es importante saber que estarás cubierto si sucede algo inesperado. Dependiendo del tipo de negocio que planeas iniciar, es posible que puedas agregar un endoso de negocio desde el hogar a tu póliza de seguro de hogar, pero en algunos casos, es posible que necesites una póliza de seguro comercial dedicada.

Compartí estos cambios con tu compañía de seguros del hogar para evitar un reclamo o incluso una póliza cancelada en el futuro; siempre es mejor buscar una divulgación completa.

Si bien estas son algunas de las cosas más comunes que debes compartir con tu aseguradora de hogar, cada compañía tendrá sus propios requisitos únicos cuando se trata de divulgar cambios. Si no estás seguro de si es necesario informar algo o no, vale la pena ponerse en contacto con tu corredor para estar seguro.

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